jueves, 1 de octubre de 2015

Análisis sintáctico

Hombre de Vitruvio (Canon de las proporciones humanas)
Leonardo da Vinci
Dibujo
Galería de la Academia de Venecia, Venecia, Italia.

Hombre:
no eres más
que un sustantivo común,
bastante impropio;
un sujeto
de lo más desinencial,
generalmente compuesto,
demasiado complejo
(con determinantes excesivas)
y extremadamente paciente
para mi necesidad y gusto.

A veces,
- no con mucha frecuencia –
desearía que fueras
un nombre propio
- no de mi propiedad, pero apropiado –
un sujeto expreso,
simple,
agente y paciente
al mismo tiempo,
y, de ser posible,
incomplejo.

Pero, en fin…
yo tampoco soy
sujeto agente
y tal vez exista
en algún sitio
un sujeto paciente
esperando
que yo realice
aquella tan manida
acción del verbo.

Sin embargo,
a estas alturas del partido,
las proposiciones no son lo mío
y si alguna vez cayera
en esa tentación
es muy probable que logre una
discutiblemente lógica.


De Amores que jamás florecieron
© 272608 I.S.B.N. 978-956-368-153-6

jueves, 27 de agosto de 2015

La fiesta de los pájaros

San Francisco predicando a los pájaros 
Giotto di Bondone
Fresco
Basílica de San Francisco, Asís, Italia

Antes de que despunte el sol
en las montañas,
cuando el lucero aún va
de trasnochada,
comienza la fiesta de los pájaros
en mi ciudad dormida.
Es la hora de ellos.
Su serenata al alba
inaugura la jornada.
Abre el concierto
el tímido
zureo de las tórtolas
que cual primer violín
dan el tono inicial
a la cantata.
Los jilgueros de a poco
desperezan sus gorjeos,
y los chincoles reinician
la cotidiana búsqueda
del tío Agustín.
De pronto un colibrí
irrumpe con nostalgia
de la noche
imitando a los grillos.
Un coro de reclamos
de zorzales
y trinos de chirihues
melodiosos
se incorporan al tutti
de piares y silbidos
que inundan la alborada.
Nos dicen
¡aquí estamos!
Somos los amos
originarios del paisaje.
Antes del cemento y los faroles
estaban nuestros cantos y colores.
Seguimos siendo los señores de la aurora.
Somos los más y los mejores:
los músicos de cada madrugada,
amigos de la Luna que se duerme
y de la prima luz de la mañana.


De A la madre natura
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domingo, 23 de agosto de 2015

Aromos

Aromos
Olga Chávez Gutiérrez
Chillán, Chile.

Hoy regresaron los aromos.
Amanecieron florecidos.
Como un sorprendente
relámpago matutino
estallaron sus luces
alumbrando el invierno
sin permiso,
sin consideración alguna
al calendario.
Los meteorólogos
quedaron consternados
por el cálido escándalo amarillo.
Las ancianas sonrieron
porque los conocían.
Sabían de sus actos insolentes
desafiando a las frías madrugadas,
anunciando el retiro involuntario
del gélido gris desvanecido.
Su trompeta dorada y reluciente
nos anuncia soberbia que ya vienen
la tibieza, la luz y los colores
galopando con gracia y con certeza
para llenar la tierra de alegría.


De A la madre natura
© 272608 I.S.B.N. 978-956-368-153-6

viernes, 21 de agosto de 2015

Adiós a Damiel Rabinovich

¡Buen viaje, Rabinovich!


Gracias, gracias, mil gracias
por todas las risas 
y los buenos momentos.


viernes, 14 de agosto de 2015

Mi mirada aprendió a erguirse con Los Andes

Montañas
Olga Chávez Gutiérrez
Chillán, Chile.

Mi mirada aprendió a erguirse con Los Andes.

Allí, donde nací, siempre hacia arriba,
se alzaba mi mirada hacia las cimas.
Más allá de los pájaros, al cielo
me dirigió la vista desde niña
esta vasta y soberbia sierra andina.

Si alguna vez la derrota o la pena
me hicieron regar lágrimas al suelo,
mis ojos retornaron a la altura
llamados por la inmensa cordillera
y de la blanca luz de sus nevados
fluyó, como un torrente, mi consuelo.

Ni dictadores, ni abuso autoritario
lograron que mis ojos se arriaran:
allí estaban los Andes señalándome
la digna dirección de la mirada.

Montañas de Los Andes, cordillera,
fortaleza que me acoge y me contiene:
te agradezco la fuerza del llamado
a mantener en forma permanente
los ojos clavados en lo alto
y una visión elevada y serena.


De A la madre natura
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domingo, 9 de agosto de 2015

El más joven de nosotros

Miguel Sanchez Quesada

A Miguel Sánchez Quesada.

Eres el más joven de nosotros
El más dispuesto al cambio
el no conservador, el disruptivo
el capaz de reírse de las cosas
de mirarlas como nadie las ha visto
de mostrarnos el mundo con tus líneas
escritas o pintadas
recordándonos en cada loco trazo
que la realidad no es objetiva
que no siempre debemos apreciarla
desde lo razonable
Te ríes contigo de ti mismo
de nosotros con nosotros
de la vida con la vida
de nuestra veneración
a lo sacralizado por nosotros mismos
y en tus palabras breves
nos vas desconcertando
tal vez descolocando
con sencillez y algo de desprecio
por la grandilocuencia y la palabrería
sin falsos homenajes
sin críticas exhibicionistas
seguro de ti mismo
nos sonríes
con un poco de lástima tal vez
por nuestra estructurada ingenuidad
que no alcanza a aprehender
la inquietante amplitud
de tu mirada.

jueves, 9 de julio de 2015

A un hombre que me regaló un poema de Whitman (Recreación sobre un fragmento de Canto a mí mismo)

La lectora de novela
Vincent Van Gogh
Óleo sobre tela
Colección privada

Nunca te buscaría, ni siquiera bajo las suelas de mis zapatos.
He comprendido quien eres desde hace mucho tiempo.
Supe lo que querías decir desde tu primera palabra.
Me has dado buena salud, tal vez sin proponértelo
y  has impreso a mi sangre razón para fluir con fuerza.
Estás en cada sitio que recorro; siempre te encuentro.
No tendría motivos para descorazonarme.
Tengo la certeza de que estás esperándome,
en todos los lugares, en cada día, siempre.
Sé que estamos hechos de la misma materia,
tal vez con otra forma, pero la misma.
Como a ti y como al hombre que fue capaz de  celebrarse,
a mí tampoco me han domado. Yo también soy intraducible.

De Amores de antaño

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jueves, 2 de julio de 2015

Cansancio

La hilandera dormida
Gustave Courbet
Óleo sobre lienzo
Museo Fabre. Montpellier, Francia

“Estás cansada”, me dijiste…
Y respondí: “estoy cansada”.
Entonces, creí ver en tu mirada
una intuición fugaz
o compresión profunda
del complejo subtexto que encerraba
esa declaración sencilla
en dos palabras.

miércoles, 1 de julio de 2015

Abuela

Abuela tejiendo
Ángela Pérez
Óleo sobre tela
Puebla de la Calzada, España.

Imagínate conmigo a una señora
gorda, apurada y enojada.
Mi abuela tiene mejillas coloradas
y mirada triste
Mi abuela tiene una turba de algodones
y carbones
que le cubren pensamientos legendarios
Mi abuela
y la mala intención del ser humano
Mi abuela
y los recuerdos de Chillán
y más adentro
El llanto
o su canto de pájaro estridente
Su canto
y las manos se secan en un delantal
Mi abuela es la prolongación
de la palabra madre
o tal vez el sentido
propiamente tal
Los consejos absurdos
de Maricastaña
que son el amor
traducido al folclor
Mi mama vieja
mama Jesús
mi vieja fea
Vieja reumática
aporreada
y cariñosa
Cada cosa fue transformándose
en sus manos
y así mi infancia fue tejida
en los palillos de sus años.

De amores profundos y seres entrañables.


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martes, 30 de junio de 2015

Eternidades

Muchacha en la ventana
Salvador Dalí
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid, España.

¿Hace cuántos siglos que nos cocemos?
¿Hace cuántas carcajadas?
¿Hace cuántas nostalgias, cuántas añoranzas?
¿Cuántas lágrimas hemos compartido?
¿Cuántas esperanzas y desesperanzas?
¿Hace cuántas sonrisas atrás nos sonreímos?
¿Cuántos versos transcurrieron desde entonces?
¿Hace cuántas respuestas sin pregunta?
¿Hace cuántas preguntas que no se formularon?
¿Hace cuántos te quiero que nos vamos queriendo?
¿Cuántas cosas no dichas han pasado?
¿Cuántas nimiedades habremos transformado
en instantes trascendentes para regalarnos?
¿A cuántos silencios nos habremos sobrepuesto?
¿Cuántas distancias habremos traspasado?
¿Qué cantidad de besos habremos omitido?
¿Y bajo cuántas lluvias nos habremos pensado?
¿Hace cuántas canciones compartidas
soltamos melancolías atrapadas?
Solo sé que ha pasado desde entonces,
algo más de un par de eternidades.

lunes, 29 de junio de 2015

La noche en que te inventé

Pareja en la playa
Josep de Tagores
Óleo sobre lienzo
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid, España.

Creo que fue una noche
cuando inventé tu piel.
La dibujé completa con mis manos.
Desparramé en ella todos mis sentidos.
La traje hasta mi cuerpo.
La recorrí, la bebí, la respiré.
Le regalé mis dedos y mi aliento
y le pedí que me envolviera
con tibieza y con fuerza interminables.
Fue entonces que inventé tus manos.
Les ofrecí mis pechos y mi vientre.
Las entibié en mis humedales.
Y tuve que inventar tus ojos,
para pedirte aún más con la mirada.
Y desencadené la cascada de mi pelo
sobre tu pecho inventado en esa noche
para vivir el postergado sueño
de amarte con completo desenfado.

miércoles, 24 de junio de 2015

Algún día...

Vuelo sobre la ciudad
Marc Chagall
Óleo sobre lienzo
Galería Tretyakov, Moscú, Federación Rusa.

Hoy retorné al trabajo.
Sin ganas, sin motivos.
Solo porque el sistema decidió
que no había antecedentes suficientes
para que yo no estuviera produciendo.
Antes de que llegara la luz
corté el frío de la calle,
sin convicción alguna.
Entré en el claro artificial
de la oficina
sujeta del café de cada día
y frente al mar de pantallas
que aún no cobraban su sentido,
me pregunté por qué
no te propuse a tiempo
escapar por un día a cualquier parte.
Pensé que ese café podía estar
sobre una mesa del mercado de Chillán,
con un pan amasado caliente con mantequilla
mientras nos reíamos de los titulares de El Mercurio.
O tal vez en un café de Valparaíso,
con un par de medialunas con chocolate,
mientras te decía simplemente:
“este sí será un buen día”.
Quise bajar a alguna playa,
para caminar en silencio por la arena,
escuchando de fondo el ruido del mar
y una que otra gaviota entrometida.
Te vi en el banco de un parque,
leyéndome poemas de Miguel Hernández.
Fotografiando las palmeras en Ocoa.
Asomado a la ventana del tren
a la altura de Rancagua.
Imaginé una siesta, junto a ti,
en un lugar entibiado por el fuego,
(pero uno verdadero, como a la antigua usanza).
Quizá una caminata por alguna alameda.
Una puesta de Sol vista desde una cima.
Una botella de vino compartida.
Visualicé una sencilla despedida:
hasta otro día, amor.
Hasta otro día en que queramos refugiarnos
en el regalo mutuo de nuestra compañía.

miércoles, 17 de junio de 2015

Declaración pública

Desnudo sobre un diván (Bella mujer romana)
Amadeo Modigliani
Óleo sobre lienzo
Colección privada

Declaro aquí y ahora que te extraño.
Lo declaro públicamente.
En forma explícita.
Categórica.
Impúdica.
Solemne.
Declaro que tus palabras me capturan.
Me transportan.
Me envuelven.
Me seducen.
Declaro que mi meta son tus ojos.
Tu sonrisa.
Tu risa.
Declaro que te espero.
Que te busco.
Te anhelo.
Te deseo.


De Amores de antaño
© 272608 I.S.B.N. 978-956-368-153-6