Todas las tristezas
se convocan
este día.
Tu ausencia
es un telón de fondo.
Sobre ella
se proyectan
los pequeños dolores
del presente
fundidos con siluetas
de fantasmas de antaño;
de nostalgias difusas,
como marcas de agua,
porque ya no recuerdan
a qué era que venían;
de melancolías innombrables
de atardeceres sin recuerdos.
Pero en este día
que lleva el nombre
de tu partida
en el calendario,
tu imagen
se desprende nítida
y avanza
hasta abrazarme,
como en una noche
de jueves cualquiera,
cuando llegaba
cansada del trabajo.
Y una vez más lloro
apoyada en tu pecho
con un llanto
sin antigüedad certificada.
Y mis lágrimas lavan
el telón
como siempre
y quedo aquí serena
recordándote.
Entonces te sonrío
mientras sigues regando
el árbol de flores amarillas
que continúa creciendo
en nuestro patio.
De
amores profundos y seres entrañables.
© Nº 272608
I.S.B.N. 978-956-368-153-6