Compañero de vida
infatigable,
dulce almohada de muchos
de mis sueños,
de mis noches más frías
fuego y leño.
amigo, hijo, hermano
entrañable.
Tu voz, trino de pájaro
inefable,
carcajada del niño más risueño,
militante de todos mis
empeños
con una lealtad
inquebrantable.
Tu algazara de acordes y
cadencias
que acompaña mis penas y
alegrías,
me agita y me entibia el
corazón.
Te digo en plenitud de mi
conciencia:
si he vivido junto a tu
melodía.
quiero morir tocándote
acordeón.
De
amores profundos y seres entrañables.
© Nº 272608
I.S.B.N. 978-956-368-153-6
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