martes, 12 de noviembre de 2019

Mi hijo de la Luna

El pájaro relámpago cegado por el fuego de la luna
Óleo sobre cartón
Joan Miró
Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid, España.



A mi hijo Rodrigo.

Nacimiento

Noche de otoño.
Lluvia suave,
y tu mirada
que parecía
preguntar
miles de cosas.
Llegaste a un mundo
de padres y de abuelos
que te amaron, te amaron
y te amaron.


Infancia

Pasitos rápidos.
Juegos silenciosos.
Imágenes poéticas.
Abrazo cariñoso.
Temores de la noche.
Lápices y pinturas.
Emociones, imágenes, figuras.
Preguntas misteriosas:
¿Se quebró la Luna?
¿Dónde cayeron los pedazos?
¿Por qué no hay camas
en este cementerio
si aquí es donde la gente
duerme para siempre?
¿Por qué este señor
está en contra del aborto
y después a favor
de la pena de muerte?
¡Querías entender, entender,
entender todo!
Hasta aquello completamente
incompresible
y difícil,
muy difícil de explicarte.

Adolescencia

Crisis
Rabia infecunda.
Intolerancia.
Ansia
de conocer
lo que se ansía.
Risas.
Amigos.
Música.
Algazaras.
Guitarras.
Melodías.
Esperanzas.
Ilusiones.
Sueños.
Desesperanzas.
Melancolía.

Juventud

Silencio,
paz,
y más silencio.
Taciturnidad.
Mirada presurosa.
Sonrisa breve.
Risa escasa.
Nostalgia azul.

Adultez

Talento,
rigor
y más talento.
Mente brillante.
Fragor.
Conocimiento.
Sistematicidad.
Disciplina
en cuerpo y mente.
Música, sin parar,
música, música.
Serenidad
para seguir creciendo.
Hombre serio,
esforzado,
respetable,
estudioso.
Hombre admirable.

Colofón

Yo te planté
una noche
en la cara oculta
de la Luna.
Me cuesta verte,
incluso vislumbrarte
reconocer tus ojos negros
de aceituna.

Mas sé que estás ahí,
siempre creciendo.
Siempre aferrando
tu raíz profunda
al manantial lunar
que te da vida
frente a cualquier
sequía inoportuna.



De amores profundos y seres entrañables.

© 272608 I.S.B.N. 978-956-368-153-6

1 comentario:

  1. Una mañana muy temprano …
    nos abrazamos a la puerta de mi casa
    y... levantó sus alas y las desplegó al viento.
    ¡Buen viaje, amiga!
    .
    Fue muy generosa. Me di cuenta que...
    no se fue del todo: un poquito de ella se quedó
    aquí para siempre... conmigo.
    .
    .
    Marcamar

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