sábado, 16 de mayo de 2015

Tu ausencia

Naturaleza muerta con tres nidos
Vincent Van Gogh
Óleo sobre lienzo
Museo Kröller Müller, Otterlo, Países Bajos.


Tu ausencia
es un vacío
como un nido
sin pájaros.
¿Has visto
algo más triste,
que la lluvia arrasarlo?

Tu blasfemia

El grito
Edvard Munch
Óleo, temple y pastel sobre cartón.
Galería nacional de Oslo.

Desgárrase
tu corazón herido
en un grito de rabia y de tormento.
Blasfema, porque llorar no sabe.
Denuesta lo vulgar y lo indecente.
Vuelca su ira
sin escrúpulos ni tino.
Rompe el silencio
y ataca sin piedad
la horripilancia.
Se revuelca de rabia en los caminos
pisados por hipócritas
que prostituyeron la palabra.
Pisotea la fe en dioses crueles e indolentes.
Transita aletargado hacia en un lugar incierto,
buscando la belleza cristalina
de una palabra azul
que lleve viva
la llama que caliente a fuego ardiente
su palpitar ansioso y aterido.

viernes, 15 de mayo de 2015

Tu palabra

El escribiente
Cárlos Pardo Gómez
Óleo sobre arpillera

Una palabra tuya me extasía,
me sorprende, me admira,
me fascina.
Una palabra tuya me cautiva,
me conmueve, me encanta
me embelesa.
Una palabra tuya me hace presa,
del lenguaje de dioses
que profesas.
Una palabra tuya muestra entero
tu corazón henchido
de belleza.
Una palabra tuya es un estero
que transforma el estío
en la cosecha.
Una palabra tuya es como un nido
de pájaros sublimes
que alzan vuelo.
Una palabra tuya es el anhelo
de ir brillando que tienen
las estrellas.

A un poeta que admiro

La niña del cántaro
Julio Romero de Torres
Óleo y temple sobre lienzo
Colección privada

Ante tus versos claros y elegantes
yo no puedo dejar de sorprenderme
con palabras precisas y embriagantes
vas desplegando imágenes potentes.

Van fluyendo en tus versos, aguas claras
de ríos, de clepsidras y de fuentes
de cántaros llevados por muchachas
de insinuantes miradas relucientes.

En tus versos jazmines olorosos
y perfumadas rosas encarnadas
se trepan por amores dolorosos
que se tornan en sangre derramada.

Relucientes las dagas y la luna
alumbran con candor tu poesía
compleja sencillez como ninguna
que amalgama tristezas y alegrías.

Por más que el alfarero te someta
su obra contendrá un agua tan clara
que cantará los versos que soñaras
porque eres y serás un gran poeta.

Amor de antaño

El beso (detalle)
Gustav Klimt
Óleo sobre tela
Österreichesche Galerie Belvedere, Viena, Austria.

Hace ya más de mil años que temblé,
cuando acercaste tus manos a mis pechos.
Hace mil, tal vez dos mil o cinco mil
Y aún tiemblo si lo pienso.

Hace ya una eternidad que tu recuerdo
se pasea irreverente por mi lecho,
y me mira, me toma de los hombros.
Y aún lato si te tengo.

Hace ya una historia entera que me invades
confundiéndome en nostalgias y en deseos.
Aún distingo claramente dos olores:
la humedad de la tierra y nuestros cuerpos.

Hace ya cinco mil años que yo sé
que jamás volveré a sentir tu abrazo.
No me importa, te tengo cada vez
que sueño con tus ojos y tus manos.



De Amores de antaño
© 272608 I.S.B.N. 978-956-368-153-6

martes, 12 de mayo de 2015

Una noche en Lisboa

Lisboa y el Tajo, Domingo (1935)
Carlos Botelho

Me has invitado a un sueño:
caminar bajo la luna de Lisboa.
Yo subiré a una nube
y tú tirarás de ella.
Descenderé junto al sol,
sobre el puente del Tajo.
Caminaremos juntos
por la orilla del río
hasta llegar a un punto
que nos cobije el alma.
Allí,
beberemos el vino
que embriagará la noche
y reiremos.
Conversaremos largo
sobre cosas pequeñas.
Sonreiremos,
sencillos, como niños.
Y ya en la madrugada,
abordaré mi nube
de retorno a mi tierra.
Tú volverás a España.
Pero a partir de entonces,
el cielo de Lisboa
vivirá en nuestros ojos
y una lágrima mía
se unirá a alguna tuya
en las aguas del Tajo.


De Amores que jamás florecieron
© 272608 I.S.B.N. 978-956-368-153-6

jueves, 7 de mayo de 2015

Hija

Oswaldo Guayasamin
Madre y niño
Colección Ternura (1988 - 1999)
Óleo sobre tela
Museo Fundación Oswaldo Guayasamin, Quito, Ecuador.

Hija,
tus ojos pardos
se fijaron en mi
antes de que nacieras.
Quería que vinieras.
Que estuvieras aquí.
Decidiste llegar en primavera.
Un carnaval de flores y sonrisas
inauguró la fiesta de tu espera.
Mi corazón en pleno te aguardaba
y salió a recibirte hasta la puerta
y saludaste al mundo con voz firme
anunciando en tu mirada certera
que mostraba en destello ineludible
el amor por la vida que trajeras
y que a fuerza de luz grabó indeleble
un sencillo mensaje en mi bandera:
soy tu incondicional inconfundible.



De amores profundos y seres entrañables.

© 272608 I.S.B.N. 978-956-368-153-6